El fin de semana entrará en vigencia en Chile una ley que prohíbe la utilización de plásticos de un solo uso, como envases y utensilios, en la industria de expendio de alimentos y que requiere la utilización de material reciclado en la manufactura de botellas plásticas.

La legislación se promulga tras normas aplicadas en años anteriores para limitar la cantidad de desechos plásticos en el país.

Para saber cómo el sector privado se ha preparado para las nuevas exigencias y qué otras inversiones tendrán que aplicarse, BNamericas conversó con Alberto Contardo-Sfeir, fundador de la firma de packaging biodegradable Empaque Sustentable.

BNamericas: ¿Cómo se ha preparado el sector privado para la entrada en vigencia de la nueva ley de plásticos?

Contardo-Sfeir: Desde el punto de vista de la oferta de envases para alimentos, que es lo que vemos nosotros, esto es una consolidación de una política pública y de ciertas tendencias de mercado que habíamos visto en otros países.

Nosotros en Empaque Sustentable, que nos enfocamos en tener una oferta 100% plant-based desde 2019, estábamos preparados desde hace tiempo para esto.

El mercado en general, especialmente los clientes industriales, se han estado preparando desde la promulgación de la ley en dos grandes formas.

La primera es informándose, porque había mucha desinformación en el mercado del packaging en general, y luego han comenzado a tomar las acciones de abastecimiento para poder estar preparados para salir con productos que cumplan la ley, principalmente en empresas industriales que prestan servicios a la minería y grandes constructoras, etc. 

BNamericas: A su juicio, ¿qué aspecto de la nueva ley será la más demandante en términos de inversiones, infraestructura o cadenas de valor? 

Contardo-Sfeir: Desde el punto de vista de la implementación, lo más difícil para las empresas productivas es poder adaptar su maquinaria al uso de nuevos materiales. Ahí hay un desafío porque las empresas tienen que ver si pueden adaptar el activo que ya tienen o van a tener que cambiar sus líneas productivas.

Ahí es donde también hay resistencia por parte de algunos actores del mercado tradicional, pero esto es algo que vino para quedarse.

La ley se dirige a un espacio del mundo de los plásticos que, según Greenpeace, representa unas 25.000t de plástico al año. En el caso de Chile hace cinco años se consumían 900.000t de plástico al año en general, así que la ley se dirige a un espacio relativamente pequeño en relación con el consumo total del país.

Pero, sin lugar a duda, es un gran paso hacia adelante en términos de política pública que se genere la conciencia que los oferentes tienen que regular su oferta y que los usuarios comiencen a exigir elementos que no contaminen.

BNamericas: ¿Qué rol jugarían las actividades de Empaque Sustentable en la implementación de esta ley?

Contardo-Sfeir: Lo que hacemos es solucionar el problema del plástico en el packaging para las marcas, ayudándolos a cumplir con sus objetivos de sostenibilidad y creando consumo responsable.

Tratamos con el packaging de alimentos en Chile ofreciendo una alternativa que no use plástico en absoluto y que, en su lugar, use materiales biodegradables y/o reciclables.

Ese rol se ha acentuado desde que se promulgó la ley hace seis meses, y también cumplimos un rol de información. La gente se ha acercado a nosotros, quiere entender la ley y ver el valor detrás de este cambio, no solo los obstáculos.

Eso es sumamente importante porque al cambiar la percepción, en vez de ver un gasto, las empresas comienzan a ver esto como una inversión en valor de marca, objetivos de desarrollo sustentable, responsabilidad social empresarial, etc.

Actualmente trabajamos con empresas grandes de orden industrial en Chile como Sodexo, Aramark o Gate Gourmet, que se dedican al suministro de alimentos en faenas productivas.

También trabajamos con empresas medianas como Fork y tenemos muchísimos clientes pymes desde Arica [en el extremo norte] hasta Puerto Aysén [en el extremo sur del país]. En total tenemos más de 800 clientes, y esperamos que sean más después de que la ley entre en vigencia.

BNamericas: Empaque Sustentable tiene planes de abrir nuevas unidades de negocio, ¿en qué sectores se buscaría entrar?

Contardo-Sfeir: Ahora estamos intentando entrar en el mundo agrícola y en la salud. En este último hay muchos insumos desechables que están hechos de plástico, y por la naturaleza de su tipo de uso, no se pueden lavar o reutilizar, ni siquiera se pueden reciclar sus materiales.

Ahí hay una tremenda oportunidad desde el punto de vista ambiental y de negocio de hacer el cambio desde ese tipo de materialidad, que también tiene una gran cantidad de emisiones en su proceso productivo, hacia materiales generados por energías renovables y que puedan ser compostados una vez desechados.

Tenemos un par de prospectos interesantes en salud que vamos a explotar este año, y lo mismo del mundo agrícola, que también se está volteando en esa dirección, aunque no tanto en lo que respecta a la demanda interna de Chile, sino en empresas que exportan a mercados europeos donde se está exigiendo que los productos lleguen desde su país de origen con un envase que sea compostable. 

Este año también estamos empezando una ronda de levantamiento de capital, y estamos buscando un inversionista que entre con un aporte de 250 millones de pesos [cerca de US$300.000] y nos ayude a cumplir con las expectativas de demanda que tenemos para este año.

BNamericas: En ese mismo sentido Empaque Sustentable también tiene planes de expansión fuera de Chile. ¿Qué países tendrían potencial para las industrias de reciclaje y packaging?

Contardo-Sfeir: Hemos prospectado México, Perú, Colombia y Uruguay en lo que respecta a bolsas. Todos estos países, desde 2017, han comenzado a modificar sus marcos legales respecto a cómo se ven los residuos.

Con eso cambia la percepción de los desechos en el proceso productivo, y eso es un golpe de timón que deja un escenario fértil para el desarrollo de otras normativas como las leyes sobre las bolsas o, en el caso chileno, la Ley de Responsabilidad Extendida del Productor [REP] y, ahora, la nueva ley sobre plásticos de un solo uso. 

En Uruguay tienen una ley de residuos robusta y una ley de bolsas que es incluso mejor que la desarrollada en Chile porque define claramente qué es una bolsa, qué se permite y qué no se permite, mientras que en Chile solo se especifica que el componente fundamental no puede ser plástico.

En países como Uruguay y Perú se exigen especificaciones de tamaño, volumen y espesor de las bolsas para garantizar su reutilización, por lo que se eliminan de inmediato todas las bolsas pequeñas o incluso bolsas de papel con un gramaje muy bajo que no pueden ser reutilizadas y tienen una huella de agua y CO2 brutal.

BNamericas: En septiembre, desde el Ministerio del Medio Ambiente se mencionó que la industria del reciclaje en Chile requiere de US$800 millones en inversiones para alcanzar los objetivos de la Ley REP. ¿Considera esta estimación realista?

Contardo-Sfeir:  En términos de infraestructura hay un par de plantas de compostaje en la Región Metropolitana [de Santiago], es algo muy incipiente.

En el caso de la industria de recolección de basura tradicional, esta no va a invertir a menos que se le fuerce, porque esto no es un negocio para ellos hoy día, pero el no ir en esa dirección en el corto plazo tiene costos crecientes, y eso puede dejarte fuera de mercado.

Hay empresas que hacen esas inversiones, pero para que ese cambio se dé en toda la industria, tiene que entrar el Estado. Le hace falta al marco regulatorio chileno para llegar a este punto. Las multas son bajas y las inspecciones en la práctica las tiene que realizar el usuario, y no sé si un ciudadano quiera actuar como policía en este tipo de procesos.

Y si el costo de la multa es inferior al costo de transformación, yo puedo evitar hacer la transformación de forma indefinida y asumir esas sanciones como un costo normal.

Esto se ve en el retail, donde uno puede comprar bolsas plásticas, pero los empresarios tienen que entender que quien no convierta sus cadenas de valor hacia la sustentabilidad va a quedar fuera del negocio, porque todas las otras cadenas, internacionales y nacionales, se van a transformar, y eso va a cambiar los costos.

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