La historia de los 10 artículos de moda más emblemáticos - elEconomista.es

2022-08-19 18:24:40 By : Ms. Tina Ma

Conocer la historia de las prendas más icónicas de la moda es descubrir la situación sociopolítica que imperaba en cada época. Unos Levis 501, la chaqueta tweed de Coco Chanel o los tacones de Louboutin son algunos de los diferentes artículos emblemáticos que vienen a la mente al pensar en prendas que, independientemente del tiempo que pase, siempre son tendencia. Y es que, ya lo dejó claro Karl Lagerfeld, más conocido como el Káiser de la moda: "Hay cosas que nunca pasan de moda: unos vaqueros, una camisa blanca y la chaqueta de Chanel". Pero esta lista puede alargarse aún más.

Podría considerarse una inversión más que una compra. La icónica prenda de Chanel fue revolucionaria en los cincuenta y sesenta al rescatar para la alta costura un concepto deportivo que se había olvidado. Chanel proponía una moda relajada a través del tweed, un tejido que se conoció en los años 30 en Escocia de la mano del Duque de Westminster. Además, frente a una silueta que marcaba la cintura, ella apostaba por líneas más rectas. Y todavía hoy es el diseño más cotizado de la firma.

Los zapatos de la "suela roja" más famosos del mundo tienen su origen en el año XXX. Se trata de unos tacones clásicos, con una altura de más de 12 centímetros y una suela roja distintiva que tiene derechos de autor. Cuando Christian Louboutin ( París, 1964) culminó su creación, se dio cuenta que le faltaba algo de color. Un toque que le diferenciara. Justo en ese momento, su ayudante estaba pintándose las uñas de rojo. Un sencillo gesto que inspiró al diseñador y pintó la suela de este mismo color, dando a luz a uno de los zapatos más emblemáticos de la historia.

La gabardina más famosa del mundo tiene un origen bélico. En 1914, Sir Thomas Burberry la diseñó para los oficiales del ejército británico tras el estallido de la Primera Guerra Mundial. Esta prenda tenía la función de proteger a los soldados del clima. Fue labor de estrellas de la gran pantalla como Audrey Hepburn o Humpfrey Bogar hacer que esta prenda pasara a la posteridad como un icono al lucirla en diferentes eventos.

Si hay una prenda con historia, esa es sin duda el pantalón vaquero. Fue el alemán Levi Strauss el que, tras emigrar a diferentes lugares de Estados Unidos, en plena fiebre del oro, comenzó a fabricar ropa de trabajo resistente para los mineros. Al principio utilizaba la misma tela que se usaba para fabricas tiendas de campaña para confeccionar los pantalones -eran de color marrón y sin bolsillos traseros -, pero en 1860 Strauss descubrió un material de algodón que se fabricaba en Nîmes (Francia) y que era mucho más práctico y adecuado para diseñar sus hoy icónicos jeans.

George Vuitton creó este diseño en 1930 inspirándose en el bolso de viaje Keepall. El creador pretendía confeccionar una pieza que fuera útil en todas las actividades diarias de la mujer, y por ello, fabricó un bolso con un tamaño de 30 centímetros, flexible, ligero e impermeable. Se comenzó confeccionando en la icónica lona Demier creada en 1888 por Louis Vuitton y en la lona Monogram creada por George Vuitton en 1896, que se inspiran en los emblemas tradicionales japoneses que constaba de una flor de cuatro pétalos dentro de un círculo y con las iniciales entrelazadas de Louis Vuitton. Una vez más, Audrey Hepburn fue la encargada de catapultar a la fama mundial este diseño.

La historia de otro de los bolsos más famosos de todos los tiempos también viene de la mano de una actriz. Esta vez, Jane Birkin. Y de ahí su nombre. El origen de este artículo, como la mayoría, surge de una conversación fortuita entre la actriz y cantante británica y Jean-Louis Dumas, presidente por entonces de Hermès. Al coincidir casualmente en un viaje, a Dumas le llamó la atención que la estrella del momento viajara con un bolso de paja. Al preguntarle el motivo, ella contestó que todavía no había encontrando una cartera adecuada para viajar, que cumpliera con todas sus necesidades. Y voilá.

Cotinuando con el mundo de los bolsos, el otro gran icono es también firma de la gran maison francesa. La libertad de movimiento como símbolo de poder era el mantra principal de Gabrielle Chanel, y así puede verse en cada uno de los iconos que ha dejado. En 1955, con el objetivo de poder tener las manos libres y así disfrutar, entre otras, de las carreras de caballo que tanto le gustaban, dio forma a al emblemático bolso acolchado con cadena deslizante que permitía tener las manos libres. Para el acolchado se inspiró en las alforjas y el guateado de los chalecos de los jinetes y los mozos de cuadra. Además, en pos de que fuera aún más cómodo y práctico, incluyó siete bolsillos que siguen conservándose en el modelo actual.

Otro zapato indispensable si hablamos de iconos son los tacones de tachuelas de Valentino. La creación de estos tacones no se remonta tantos años atrás, concretamente, en 2010, cuando María Grazia Chiuri y Pierpaolo Piccioli, entonces directores de la firma italiana, lanzaron al mercado este calzado que, debido a su triunfo, se ha reinventado de múltiples maneras: stilettos, salones destalonados o bailarinas planas, y que logró duplicar las ventas generales de la firma desde la creación de los mismos.

Una vez más, en un intento por conseguir la liberación femenina, Coco Chanel rompió con las reglas y elevó un nuevo diseño a la categoría de icono. En un tiempo en el que el negro solo estaba reservado para los funerales o las personas que servían a las familias adineradas, la diseñadora vio el potencial que tenía este color y lo trasladó a una prenda que pronto pasó a ser símbolo de la jet-set y a convertirse en un imprescindible en todos los armarios femeninos sin importar la clase social o situación.

En 1933, cuando Lacoste ya había abandonado el tenis de manera profesional, se inició en el mundo de los negocios de la mano de la compañía de indumentaria que lleva su apellido. El icónico logotipo del cocodrilo apareció fruto de una apuesta, cuando Allan H. Muhr, capitán del equipo francés en la Copa Davis por aquel entonces, prometió regalar a Lacoste una maleta de piel de caimán si ganaba uno de sus partidos de tenis.

Así, tras acabar vencedor, un periodista estadounidense se hizo eco de esta historia y bautizó a Lacoste como 'The Alligator' (el cocodrilo), y surgía así la idea de bordar este logo en cada una de las prendas de su firma. Desafiando las convenciones, Lacoste acortó las mangas de la típica camiseta de tenis para crear un polo cómodo, ya que entendía que tenía que ser la ropa la que se adaptara a los jugadores y no al revés.