El momento papel higiénico de los chips semiconductores: de la escasez y el acaparamiento a la abundancia - elEconomista.es

2022-08-19 18:12:07 By : Ms. Jane Jiang

La industria de los chips semiconductores ha disfrutado de dos años mágicos (la escasez de unos son los beneficios de otros). Una pequeña edad dorada para un sector que acostumbra a vivir ciclos muy intensos, con altos y bajos pronunciados (tanto en ventas como inversión). Aunque ya se esperaba que 2020 y los siguientes años fuesen positivos, nadie en la industria había previsto un crecimiento tan bestial, producto de varios factores inesperados que han llevado a la producción chips a sus límites. Ahora, la industria se prepara para enfrentarse a la situación opuesta en un futuro próximo: exceso de capacidad, grandes inventarios acumulados (como el papel higiénico durante el covid) y una demanda que corre el riesgo de congelarse, sobre todo si llega una nueva recesión (sin confinamientos).

Las edades de oro no son eternas por muy buenas que sean. En 2020, la industria de chips semiconductores disfrutó de un aumento del 11% en sus beneficios (mientras que la economía global se hundía), mientras que en 2021 el crecimiento superó el 25%. Este año, todavía se espera un crecimiento positivo en la industria, pero todo dependerá de cómo y cuándo llegue la recesión económica que ya acecha a EEUU y la Eurozona, los grandes consumidores de chips a nivel global. Lo que resulta evidente para buena parte del sector y los analistas es que en 2023 habrá casi seguro un exceso de oferta y a un nuevo ciclo recesivo para la industria.

Aunque nadie tiene una bola de cristal para determinar la fecha exacta, quizá no sea necesario esperar hasta 2023 para ver esta nueva realidad de la industria. Ya se están viendo algunos datos que amenazan las ventas de chips (al menos los enfocados a los ordenadores). Un buen ejemplo es la caída en la demanda de ciertos bienes tecnológicos muy intensivos en semiconductores. Por ejemplo, los últimos datos revelan que la demanda de discos duros (HDD, por sus siglas en inglés) ha registrado una caída del 34,2% de media en 2022.

Son muchos los bienes intensivos en tecnología y semiconductores que están viviendo un mal 2022. Durante lo peor del covid, muchas empresas y familias redirigieron su gasto hacia los ordenadores, tabletas, smartphones, televisiones... Estos bienes de consumo duraderos no se compran todos los días. De modo que el exceso de demanda del que disfrutaron en 2020 y 2021 podría venir seguido de un consumo menor estos años (y más si viene una recesión convencional que deprima el consumo). La menor demanda de estos bienes hoy será la menor demanda de semiconductores mañana.

La escasez de chips ya es historia en algunos sectores. A finales de junio, la empresa de chips de memoria Micron Technology aseguró que reduciría la producción. El cambio que está viviendo el mercado ha cogido a Micron a pie cambiado, según admitió el director comercial Sumit Sadana en declaraciones a la CNBC.

Este medio norteamericano compara el momento de los chips hoy con el que vivió el papel higiénico durante el covid. Al igual que millones de ciudadanos nerviosos asaltaron los pasillos de los supermercados en busca de papel higiénico antes de los confinamientos, los fabricantes almacenaron chips durante la pandemia. Ahora es posible que tengan unos inventarios vastos y suficientes para producir durante un tiempo. Aunque no tengan esos chips de forma física (esta industria funciona con un decalaje de unos seis meses entre compra y entrega), sí tendrán 'atados' suficientes pedidos para los próximos meses y quizá años.

"El acaparamiento de chips se produce porque los fabricantes creen que es esencial para sobrevivir, hasta que un día miran a su inventario y dicen: '¿Por qué tengo todo esto aquí?'", comenta un analista que estudiando este mercado durante más de 40 años. "Es como papel higiénico".

Todo ello coincidiendo con un gran ciclo de inversión dentro del sector, precisamente, para satisfacer la demanda extra que se ha generado en los últimos años. La industria pudo creer que ese consumo (alterado por el covid y los confinamientos) tan intensivo de tecnología había llegado para quedarse y seguir creciendo, pues los cambios de hábitos generados durante la pandemia parecían haberse convertido en la nueva normalidad. Pero la vuelta a la normalidad ha sorprendido para beneficio de los servicios (hostelería, turismo...) y para mal de los bienes. Además, a esto hay que sumarle el mal momento de las criptomonedas, cuyo minado es muy intensivo en chips avanzados.

Según un informe de Deutsche Bank sobre este sector, "el gasto de inversión en esta industria es muy cíclico. Desde 1998 hasta 2021, la correlación entre el gasto de capital anual y las ventas es de 0,85. Entonces, la historia corta es que la industria invierte más cuando aumentan las ventas... En 2021, la industria invirtió casi 140.000 millones de dólares, un máximo histórico y un plus de aproximadamente un 36% frente a 2020 y un 49% con respecto a 2019. En 2022, los muchos anuncios de los últimos meses deberían elevar el gasto de inversión nuevamente cerca del nivel de 2021 o incluso superior. El ciclo de inversión viene propiciado por una muy alta utilización de la capacidad de las fábricas, que han estado funcionando por encima del 95% (su tasa de utilización media es del 80%).

Ahora se están construyendo 29 plantas y se espera que produzcan un total de hasta 2,6 millones de obleas por mes. Esto ampliará la oferta en un 13% en comparación con la capacidad de producción total de la industria de semiconductores de 20,8 millones de obleas por mes en 2020. Pero según Deutsche Bank, estas fábricas no se construyen de un día para otro. Hasta 2024 no estarán en pleno funcionamiento pese a que el gasto en inversión ya está hecho.

Los problemas durante los dos últimos años han llevado a empresas y gobiernos (EEUU, la UE, China...) a poner sobre la mesa grandes cantidades de dinero para producir semiconductores avanzados. Estos componentes son estratégicos para muchas industrias y nadie quiere volver a sufrir los problemas y los cuellos de botella que se están viviendo. El problema es que esta fiebre por construir microchips puede acabar en una 'sobrecapacidad' que ya parece inevitable.

Desde Deutsche Bank reconocen que ya se avista un periodo de exceso de capacidad en el sector: "Las iniciativas gubernamentales en EEUU, Europa y otros países de la región del Indo-Pacífico están poco coordinadas en el mejor de los casos y podrían dar lugar a malas asignaciones que den como resultado un exceso de capacidad", comentan los analistas de Deutsche Bank.

"Mostramos que la industria de los semiconductores depende en gran medida de la economía. Por lo tanto, si se prevé que el crecimiento mundial disminuya en 2023/24, es probable que la demanda de semiconductores también disminuya. Las sobrecapacidades son una característica cíclica repetida de los mercados de semiconductores... En promedio, durante los últimos siete ciclos de semiconductores desde 1998, las ventas disminuyeron un 22% después del pico del ciclo. Hoy estamos observando un ciclo bastante largo y muy especial. Por lo tanto, no sería una sorpresa volver a ver una caída similar o incluso mayor en las ventas", advierten los expertos del banco alemán.

Eso no es una máquina para producir chips, sino una máquina para montar y soldar chips en una placa electrónica. Los chips son cada una de la piezas negras con patas que se ven en la foto. Y las máquinas para producirlos son bastante mas complejas.

Supongo que en parte es gracias a la caida de las criptomonedas

Significa eso que se acabó el negocio de revender Plays 5?

No acabo de entender el artículo el único hecho que veo fundamentado es que micrón reduccion redujo su producción y que seguramente sea a caso de una baja demanda de un tipo de componente específico como los que fabrica micrón que suelen ser controladores de memoria y chips de memoria y que en caso de que no haya demanda suficiente porque no se producen suficientes microprocesadores es normal que el consumo de memoria sea inferior. Pero eso no implica que se acabe la escasez el problema sigue latente y hay muchas compañías que siguen dependiendo de que no llegan y no son precisamente última tecnología en muchos casos son tecnologías que llevan activas más de diez años. El problema no está en chips de última generación sino en toda la tecnología de chips que se utiliza de manera auxiliar tanto en la industria automovilística como electrónica. Y la escasez lo único que ha hecho ha sido disparar precios que junto con los precios incrementados del transporte hacen que de cara al usuario final muchos productos pierdan parte de su atractivo a causa de precios excesivamente altos en sus componentes de fabricación. Que todo esto nos lleve a un ciclo de exceso de producción es algo que aún hay que verlo y en parte la falta de consumo por parte de usuarios finales es la que puede dar una imagen sintética bastante distorsionada de lo que es la realidad.