Desde hace varios años, diversas feministas pusieron en la mesa de discusión el tema de los regalos a niños y niñas. La diferencia entre el tipo de juguetes que se les obsequia a las infancias, ha generado la reafirmación de roles de género desde temprana edad. Con la llegada del día de reyes, los mítines políticos regalaron a los pequeños/as juguetes -como es tradición-. Esta actividad se ha presentado cada vez más recurrente, tal es el caso de los eventos llevados a cabo por la senadora, Dolores Padierna Luna.
El pasado 8 de enero la ex candidata por la alcaldía Cuauhtémoc llevó a cabo uno de los variados mítines políticos que ha sostenido en vísperas de la celebración del día de reyes. Padres, madres, hijos e hijas se congregaron a escuchar las palabras que la senadora dio para después recibir los tan esperados regalos que los reyes magos trajeron.
Luego del discurso político que Padierna dio, los reyes hicieron un llamado para que las infancias se aproximaran a recibir un regalo. Entre los juguetes se encontraban pelotas, relojes, coches, juegos de Spiderman y pequeñas bolsas, unas en forma de cosmetiqueras y otras tipo luncheras. Una vez que niños y niñas se formaron para poder recibir sus juguetes, las caras de muchas niñas se llenaron de desilusión.
“Es un niño”, “es una niña” eran algunas de las cosas que padres y madres gritaban ante la interrogante de los organizadores del evento. El género de los y las niñas jugó un papel importante, a los varones se les daba la posibilidad de escoger entre un reloj, un coche, una pelota o un set de ping pong de spiderman.
El caso de las niñas fue muy diferente, a ellas solamente se les obsequió un bolso o un peluche. Las niñas al percatarse -de lo que quizás sería la primera vez que fueran discriminadas por su género- habrían mostrado una cara de sorpresa e incorformidad, algunas de ellas fueron acompañadas por sus madres para poder pedir el cambio de la bolsa a otro juguete más didáctico.
“Ahorita no”, “No podemos hacer eso”, “Estos juguetes son para niños y estos para niñas”, comentaron los y las trabajadoras que repartían los juguetes. La importancia de este suceso, señalan feministas, denota una desigualdad de género que se instaura desde los años más tempranos en las infancias.
Desde la perspectiva feminista, el obsequiar juguetes a los niños y oficios de cuidado o prendas a las niñas, es un acto sexista a través del cual se han fomentado las desigualdades de género. Desde temprana edad a los niños se les da la posibilidad de escoger con qué tipo de juguetes llevar a cabo sus juegos, mismos que en su gran mayoría no se ejercen al interior del hogar.
En el caso de las niñas, desde pequeñas se les ha asignado el rol de permanecer al interior del hogar, “jugando” a la cocinita, a ir al supermercado, a maquillarse y en este caso… a portar bolsas.
Para las feministas, el quitarle a las niñas la posibilidad de jugar al exterior con coches, pelotas, herramientas, etc. Solo manda un mensaje: Las niñas crecen para convertirse en mujeres que llevan a cabo únicamente labores domésticas y de cuidado.
Según el Observatorio de Igualdad de Género de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), en México, las mujeres trabajan en promedio 58.4 horas a la semana sin recibir remuneración por las tareas de cuidado.
Con la llegada de la pandemia, el trabajo de cuidado destinado a las mujeres se ha convertido en una problemática a nivel mundial, dejando en evidencia que los roles de género han sustentado una desigualdad no sólo a nivel social, sino también en lo económico.
El lema “lo personal es político” atribuido a la feminista, Kate Millet, se puede traducir a este evento. El obsequiar a niñas bolsos o peluches y a niños juguetes de verdad, son el primer paso a la discriminación en materia de género. Los roles de género que han destinado el trabajo de cuidado a las mujeres, no se crean, se construyen.