María Ninfa Aquino seguirá presa, acusada de ser la presunta entregadora del robo en el que fueron asesinados sus empleadores, el abogado José Enrique del Rio y su esposa, María Mercedes Alonso, dentro del auto, en el garaje de su caserón de Vicente López. Además, hoy fueron admitidos para actuar en el expediente como querellantes los dos hijos del matrimonio muerto a tiros el jueves pasado en Melo y Gaspar Campos. Mientras, el equipo de fiscales trabaja sobre distintas pistas para intentar identificar al autor o los autores materiales del crimen, ejecutado con “muy alto profesionalismo”, según admitieron calificadas fuentes de la investigación.
La Sala I de la Cámara de Apelaciones y Garantías de San Isidro rechazó el recurso de hábeas corpus presentado ayer por Hugo López Carribero, abogado defensor de Nina Aquino, que está detenida e imputada como partícipe necesaria de “doble homicidio doblemente agravado por alevosía [por el estado de indefensión de las víctimas] y criminis causae [que se consuma para ocultar otro delito –el robo, en este caso– y para garantizar la impunidad].
López Carribero había sostenido en su presentación que la detención de Aquino es “ilegítima y arbitraria” y que el encarcelamiento preventivo de su defendida implica “un daño al principio de la libertad personal”. Pero al rechazar el planteo, los camaristas Oscar Quintana y Ernesto García Maañón le recordaron al defensor que el “habeas corpus” es un recurso de “carácter excepcional” que solo se concede “cuando se vincule a la solución de situaciones especialmente graves de afectación a la libertad deambulatoria insusceptibles de hallar remedio por vías procesales ordinarias”.
”Las consideraciones efectuadas por la defensa sobre la capacidad convictiva de la hipótesis acusatoria y la prueba de cargo en que se sustenta exceden el marco estricto y acotado de este tipo de recursos y son materia de estudio pormenorizado en el marco de los eventuales recursos ordinarios a interponer”, agregaron Quintana y García Maañón en sus fundamentos.
Nina Aquino seguirá preventivamente alojada en la Comisaría de la Mujer de San Isidro.
En tanto, los dos hijos de las víctimas fueron aceptados en las últimas horas como particulares damnificados en la causa. Fuentes judiciales y el abogado que los representa, Félix Linfante, confirmaron a la agencia de noticias Télam que el juez de Garantías N°1 de San Isidro, Ricardo Costa, aceptó el pedido que hicieron Martín y Diego Del Rio para ser tenidos en cuenta como particulares damnificados. Así, los hijos de las víctimas tendrán acceso al expediente y podrán solicitar medidas.
Los tres fiscales de Vicente López que trabajan en el caso son Martín Gómez, Alejandro Musso y Marcela Semería. La fiscalía propició la detención de la empleada doméstica del matrimonio Del Rio-Alonso a partir de una serie de contradicciones y actitudes extrañas que la mujer tuvo antes, durante y después del hallazgo de los cadáveres.
Ella les dijo a los investigadores que no le había llamado la atención el desorden que había en el living y en otros ambientes de la casa porque el matrimonio estaba por mudarse a un departamento en el lujoso complejo Chateau Libertador, del barrio de Núñez. Pero el desorden de la casa era infrecuente; por caso, en el living había un sillón de una plaza volcado, los almohadones del de tres plazas tirados, y uno de los almohadones tenía un orificio producto de un proyectil que lo atravesó y quedó incrustado en el parquet. Aquino tenía la vaina servida en su poder; dijo que la había levantado de la alfombra.
La mujer declaró que había llegado a la casa a las 6.40 y recién minutos antes de las 9 le llamó la atención que el matrimonio no hubiera bajado a desayunar, pese a que además vio que estaba intacta la cena, un plato con brócoli y alcauciles que ella les había dejado cocinada para la noche anterior.
Además, cuando la mujer vio que el matrimonio estaba asesinado dentro del auto, apagó la luz de la cochera, cerró la puerta con llave, las colgó en el llavero, avisó a los hijos y se puso a ordenar la casa.
Otro de los indicios es que en la casa de Aquino se secuestró una billetera rojiza marca Prüne en la que, según uno de los hijos de las víctimas, Mercedes Alonso guardaba en ella la llave de una caja fuerte de la casa.
En el celular de Aquino se halló una foto borrada de esa misma billetera, aunque la defensa sostuvo que la tenía en su casa porque se la había regalado su patrona y que la foto la borró tras un episodio en el que creyó haberla perdido con 2000 pesos que había guardado en ella.
El robo y posterior doble crimen fue cometido en la casona de la calle Melo al 1100 entre las 16.48 del miércoles pasado –hora del último contacto telefónico de Alonso– y las 4.30 del jueves, horario estimativo de las muertes.
Los homicidas de Del Río y de Alonso robaron unos 10.000 dólares, 1.500.000 de pesos, 50 lingotes de oro de 10 gramos y diamantes, y antes de escapar se llevaron el disco rígido con las imágenes de las cámaras de seguridad de la casa.
Los fiscales manejan la hipótesis de que el matrimonio Del Río fue abordado luego de que la mujer regresara de hacer unas compras a un supermercado, –las bolsas con mercadería quedaron arriba del auto–, o que alguien proporcionó una copia de la llave.
Las víctimas estaban sentadas con los cinturones de seguridad colocados en los asientos delanteros del Mercedes Benz E350, la mujer del lado del conductor con un tiro en la cabeza y el hombre como acompañante con tres disparos.
El tirador los ejecutó con una pistola calibre 9 milímetros de atrás hacia adelante de derecha a izquierda, por lo que se cree que podía estar en el asiento trasero.
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