También preparaban explosivos y hay tres personas en prisión provisional
Los Mossos d'Esquadra han desmantelado en Mont-roig del Camp (Tarragona) el mayor laboratorio de drogas sintéticas detectado en Catalunya, que vendía a distribuidores de la provincia y a algunos internacionales del norte de Europa y que encontraron gracias al aviso que les dio la Ertzainza al sospechar a raíz de otra investigación que tenían en marcha en el País Vasco.
Hay tres personas en prisión provisional por este caso y se han decomisado 156 kilos pasta de speed sin cortar; 108 kilos de speed listo para vender; 21,9 kilos y 5.000 pastillas de cocaína rosa, tusi o 2CB; 10 kilos de ketamina; 2,7 kilos de MDMA; 5 de marihuana; 10 armas de fuego y 42.000 euros en efectivo, han explicado este viernes en rueda de prensa el inspector de Mossos Francesc Moragas, el sargento de Mossos Xavier Tenorio, el subcomisario de la Ertzaintza Asier Jauregi y el suboficial de la Etzaintza Hermelo Molero.
Los investigadores calculan que el alijo valdría unos 4,3 millones de euros en el mercado negro y creen que los sospechosos fabricaban la droga en el garaje de una casa de Mont-roig, en un "macro laboratorio muy avanzado que tenía todos los aparatos para hacer todo el proceso de producción" y que la policía cree que funcionaba desde 2017, ha contado Moragas.
Para Molero, se trata "probablemente de uno de los mayores laboratorios que se han desmantelado" en España, teniendo en cuenta que tenía capacidad para producir varias toneladas al año y que llevaba unos cinco operando.
En el País Vasco está más extendido desde hace años el consumo de cocaína rosa y su precio de venta se encarece al alejarse de esta comunidad: el precio medio en Euskadi es de entre 1.000 y 1.200 euros el kilo, en Catalunya de entre 8.000 y 10.000, y 12.000 de media en España.
El hombre que presuntamente se encargaba de cocinar la droga es vecino de Mont-roig, tiene 35 años y la policía no le ha encontrado formación específica para manejar estas sustancias sin riesgo, y creen que era autodidacta y "tenía un talento y una capacidad innata para dedicarse a esto", en palabras de Moragas.
"Es muy difícil manipular todos estos líquidos que hemos encontrado y que no te explote en la cara", ha apuntado Moragas, y ha añadido que en el garaje encontraron libros, recetas manuscritas, documentos descargados de Internet sobre cómo cocinar la droga y un catálogo con una cincuentena de pastillas diferentes.
TRES PERSONAS EN PRISIÓN
El hombre, su pareja --que presuntamente le ayudó a traficar-- y otro hombre al que los Mossos detuvieron al salir en coche del laboratorio con 156 kilos de speed en estado puro ya han entrado en prisión provisional por este caso.
Además de estas tres personas que los Mossos vinculan con el laboratorio, durante la investigación ha habido un cuarto detenido, de 31 años, al que la policía pilló saliendo de la casa con unas 1.200 pastillas de cocaína rosa.
Después registraron su casa y encontraron algo más de droga pero los investigadores descartan que tuviera un rol de distribuidor, y después de pasar a disposición judicial quedó en libertad.
La Ertaintza alertó a los Mossos sobre este laboratorio en noviembre, y a partir de entonces empezaron a investigarlo y descubrieron que personas del entorno habían comprado precursores de drogas y también de explosivos.
En concreto, supieron que uno de los sospechosos había comprado nitrometano, un precursor de explosivos, en una pureza del 100% cuando lo más común es encontrarlo en una de entre el 15 y el 25%, y esto alertó a la policía y precipitó que empezaran a vigilar la finca.
Cuando la registraron, vieron que había una zona reservada para soldar y modificar armas, y otra donde supuestamente preparaba explosivos.
El hombre que vivía en la casa tenía un antecedente de 2004 por tenencia de explosivos, y en la casa había varios manuales de fabricación, transporte y almacenaje de explosivos.
Al preguntársele si tienen indicios para investigarlo como un caso de terrorismo, Moragas ha contestado que "de momento no hay nada que lo haga pensar" pero que no descartan ninguna hipótesis.
Durante una vigilancia en junio detuvieron al hombre que llevaba pastillas de cocaína rosa y que la policía desvincula de la organización, y 10 días más tarde, durante otra vigilancia, vieron que un todoterreno entraba al garaje de la casa, cargaba unas bolsas y se iba: le siguieron hasta Reus (Tarragona), vieron que llevaba 156 kilos de speed y detuvieron al conductor, un hombre alemán de 48 años.
Los otros dos sospechosos --el hombre que cocinaba la droga y su pareja, que vivían en la casa donde había el laboratorio-- fueron arrestados el 15 de junio y ahora están en prisión provisional.
Ese día también se registró la casa, para lo que los Mossos activaron a su grupo de asalto --el Grup Especial d'Intervenció (GEI)-- y a sus especialistas en explosivos --Tedax--, que todavía trabajan para identificar todas las sustancias que encontraron.
El laboratorio instalado en el aparcamiento de la casa tenía varias zonas diferenciadas y contaba con una campana extractora para hacer determinadas reacciones químicas con seguridad, tenía una mesa central para hacer las mezclas y un almacén con varios precursores de droga.
También había una zona de neveras y congeladores donde guardaban sustancias y una máquina eléctrica para prensar las pastillas antes de venderlas.
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