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Periodista especializada en decoración
Esta casa es una invitación a disfrutar del verano sin freno. Encaramada en una colina de la localidad alicantina de Jávea, cuenta con unas vistas únicas al islote del Portichol y al mar mediterráneo. Con la reforma, llevada a cabo por el decorador Pablo González, se le dio por completo la vuelta a casa... empezando por la piscina, que de origen estaba detrás de la vivienda, dando la espalda al mar. Ahora, parece prolongarse sobre el mediterráneo.
Imagina este salón con unos metros de altura metros, con ventanas minúsculas de 1 x 1 y sin vistas al mar. Así era antes de que Pablo abriera grandes ventanales que ahora regalan una panorámica de 10 metros lineales de vistas al Mediterráneo, y eliminara el falso techo, lo que le dio a este salón 5 metros de altura. Reconvertido el espacio, decidió vestir una de las paredes con lamas de madera, que "mal pintó" en blanco, para darle ese look especial de beach house. ¡Qué acierto!
O casi. Y es que estar tumbado en la cama es lo más parecido a estar en medio del mar. Y todo, gracias a la pared de cristal que el decorador abrió con la reforma. La decoración es fresca y ligera, para que nada compita con estas maravillosas vistas al mar. No te pierdas el resto de espacios de esta casa pensada para exprimir al máximo el verano.
En el corazón de la localidad barcelonesa de Vilassar de Mar, esta casa tiene mucha miga. De hecho, es una vivienda modernista de 1870 y se ha reformado conservando al máximo su esencia y volcándola a su espectacular jardín. El porche se ha aprovechado para crear una completa cocina exterior, un comedor y un salón de verano. Cuando empieza el calor la vida se traslada aquí.
Este rincón es de los más mágicos de la casa. Se accede a él por un arco revestido por esta buganvilla en flor, queda un poco recogido y es muy íntimo.
Este dormitorio transmite calma, frescor y personalidad. Y es que al blanco que lo tiñe todo, se suman elementos originales modernistas que se han conservado y aportan personalidad y encanto al espacio, como las vidrieras, las puertas y esas ventanas llenas de historia. ¿Quieres ver el resto de esta casa de verano?
Esta casa ha renacido tras la reforma llevada a cabo por GCA Architects. Ha pasado de ser una construcción decadente, sin electricidad y que daba la espalda al mar y a su privilegiado entorno natural, a ser una caja de luz, blanquita y con el mar siempre en el horizonte. De hecho, para disfrutar al máximo del verano al aire libre, se han habilitado varias zonas de exterior.
El salón es una invitación al relax. Por la elección de un mobiliario sencillo, un guiño al estilo de la isla, y por el blanco que lo tiñe todo. La pared de piedra, la misma del exterior pero aquí se ha rejuntado para darle un aspecto más amable, las piezas de madera y los detalles de fibras crean un conjunto natural con mucho carácter.
Como el resto de la casa, el dormitorio es pura calma. Se ha equipado con pocas piezas pero con encanto, como el cabecero de barrotes, la gran lámpara con pantalla textil o las cortinas vaporosas y con sutiles motivos estampados.
Esta casa disfruta de una ubicación privilegiada, junto al río Tiétar y en medio de un frondoso bosque. No es de extrañar que la interiorista Marta Yanguas, junto con su hermana y su madre, reformaran el porche para contar con un completísimo y confortable salón exterior.
Aunque esta casa se disfruta durante todo el año, es en verano cuando está en plena ebullición. Su ubicación privilegiada y su maravilloso entorno natural la convierten en el "patio" de recreo perfecto para los más alevines de la familia. En una elevación del terreno se ha insertado una piscina de obra, con un look de abrevadero para integrarse de manera más natural con el entorno.
La cocina respira un aire campestre que le da mucho encanto. Los muebles en este provenzal azul grisáceo y el precioso papel pintado con motivos vegetales decoran sin recargar un espacio pensado para el disfrute en familia. Descubre el resto de esta casa de vacaciones.
Cuesta creerlo. Pero antes de que la interiorista Blanca Tey y el arquitecto José Luis Bonet reformaran esta casa en la Costa Brava, esta maravillosa terraza daba la espalda al mar. Tenía unas vistas despejadas al mediterráneo y sin embargo no se aprovechaban, porque el sofá miraba hacia la casa. Con las obras, el sofá se desmontó y se cambió de lugar, y se ideó una ligera pérgola metálica que, al ser más alta que la casa, no tapa las vistas ni desde el interior.
Las vistas son las que mandan en este salón. Y la interiorista era consciente de ello, por eso optó por pocas piezas y sencillas, que fueran cómodas, vistieran este espacio pero no compitieran con la panorámica. Las butacas, de respaldo calado y bajo, no son un obstáculo visual y, a la vez, recogen la tertulia. Madera, fibras y lino son los materiales estrella con los que se ha aliado Blanca para dar este aire fresco y veraniego al salón.
En esta casa el mar está siempre presente. Y el dormitorio no es una excepción, de hecho desde aquí se disfruta de una panorámica espectacular al pueblo de Llafranc. El lino, la madera y las fibras siguen reinando en esta estancia, pero la decoradora ha apostado, además, por piezas de estilo y de anticuario para sumar carácter a este espacio íntimo, como la butaca o la gran cómoda de madera.
Inspirada en las tradicionales possessions, esta casa de campo reúne lo mejor de dos de los mundos más deseados de Menorca: el campo y el mar. Y es que desde el porche, que se tiñó de blanco reproduciendo el ancestral encalado típico de la isla, se divisa más allá del jardín el mar.
Con unas vistas como estas, ¡qué menos que potenciarlas! El equipo de Aquitania, responsables del proyecto, optaron por una decoración minimalista y sobria, para que nada compitiera con las vistas.
Si las vistas del mar desde el salón son espectaculares, desde el dormitorio, que cuenta con una terraza privada equipada con una pérgola para que resulte más fresca en pleno verano, son de postal. Como en el resto de la casa, se optó por una decoración austera, con pocas piezas, pero con personalidad, como la gran cama con dosel. No te pierdas el resto de la casa.
Cuando Stephan vio esta casa se enamoró de su entorno natural y de las muchas posibilidades que tenía. Porque la construcción original, que atesoraba varios siglos en su historia, necesitaba una rehabilitación integral. Ahora es el refugio perfecto para disfrutar de las vacaciones en familia.
Con la rehabilitación de esta casa el arquitecto Daniel Lizarriturry, del estudio de arquitectura Lizarriturry Tuneu, buscó aunar modernidad y tradición. De hecho, todo lo que se pudo conservar se conservó, como las vigas de madera, que se pintaron en blanco para sumar más claridad, o la piedra vista de las paredes. Pero también se hicieron reformas para adaptar la casa a las necesidades actuales, como en el comedor contiguo al salón, donde se prescindió de una parte de la planta superior para tener doble altura y ganar con ello sensación de amplitud.
En esta casa muchos espacios no son lo que eran antes. Y el dormitorio es uno de ellos. Antiguamente era un porche y con las obras se cerró para ganar un amplio dormitorio en suite. Las vigas se conservaron y se emplearon los mismos materiales del resto de la casa, desde el pavimento hasta los colores.
En esta casa el mar se ve, se saborea y se escucha desde todas las estancias. Y no es casual, porque esta fue de las premisas de la reforma llevada a cabo por el Estudio Sosters. Grandes ventanales abren sus espacios a su espectacular exterior, que cuenta con varias zonas de relax distribuidas en diferentes niveles, y en el interior se han reducido a mínimos las divisiones entre espacios.
"Yo quería algo un poco desenfadado para la zona de estar, un sofá estilo bancada, y así darle un aire un poco chill out. El dueño me dijo ‘me encanta la idea, pero prefiero algo clásico, unos sofás y una butaca con respaldo", comenta la interiorista Begoña Garrido. Y es que en esta casa, organizada en varios niveles, su arquitectura singular solo compite con su privilegiado enclave.
El dormitorio principal era mucho más cerrado de lo que es ahora. Pero se aprovechó la reforma para abrir nuevas ventanas a pie de cama desde las que se ve el mar. El uso de la madera, presente en las vigas y que se ha llevado al cabecero y las ventanas, da un look rústico a este dormitorio de una casa de veraneo en la Costa Brava.
Volver a los orígenes para tejer con tu familia una nueva historia compartida. Con esta idea Cristina, la propietaria de esta casita en Cádiz, decidió junto a su marido hacerse la casa de sus sueños en su tierra natal. Sería blanca, con muebles claros y tejidos naturales... ¡pero con muchos detalles de color! Y así ha sido. Para disfrutar al máximo de los veranos gaditanos, la casa cuenta con dos porches, según dé el sol en cada momento del día.
Blanca como el resto de la casa, y con ese sabor de antes, a pesar de ser una cocina, como la casa, de nueva construcción. Y con notas DIY, que le dan personalidad y una singularidad especial, como las estanterías confeccionadas con dos cajas antiguas.
Lo vio y se enamoró. "Preparando el dormitorio, encontré un papel de pared de helechos que me encantó y alrededor de él imaginé todo lo demás", recuerda Cristina. El verde de los motivos vegetales regala frescor a un dormitorio ligero y muy veraniego. Las notas de verde las combinó con amarillo, tan alegre y veraniego como esta casita.
Los propietarios de esta casa se quedaron prendados de su enclave: un paraje agreste, rodeado de sabinas y pinos y con vistas al mar. ¿La casa? Era una ruina, pero con la ayuda de la interiorista Mireia Pla la convirtieron en la belleza que es ahora. Su entorno privilegiado y el gusto por lo natural de sus nuevos propietarios rigieron la decoración de toda la casa, con un look relajado y con esa esencia hippy chic tan singular de Ibiza.
Uno de los cambios más radicales que se llevaron a cabo durante las obras fue invertir los usos de la casa. La zona de día se trasladó a la segunda planta, porque al contar con más altura se convertía en una atalaya privilegiada al Mediterráneo. Además, para que nada obstaculizara las vistas, salón, comedor y cocina comparten un único espacio.
El dormitorio es una invitación al relax. Blanco, con pocas piezas pero especiales, y con materiales y textiles naturales. Con el plus de tener acceso directo al jardín. Y es que con la reforma los dormitorios se trasladaron a la planta baja, así quedaban más recogidos y, además, contaban con salida al exterior.
La arquitecta Cristina Carbonell que diseñó esta casa apostó por romper las fronteras entre interior y exterior. Que sintiéramos el salón en la misma playa, que nunca, nunca, dejáramos de ver el mar.
Las vistas al mar son un regalazo, por eso en esta casa dejan que se cuelen en todas partes y han convertido el porche en su lugar favorito. Tiene comedor un señor salón que parece un reflejo del interior. ¡Si hasta tiene cortinas! Las siestas deben ser épicas...
Con este paisaje no podían desperdiciar ninguna oportunidad de hacer que el mar se colara en casa. Incluso trabajar, en este rincón de estudio sería un placer. Aquí puedes ver el resto de la casa.
En un pequeño pueblo de 27 habitantes encontramos esta casita rústica que han reformado manteniendo su esencia pero dándole un toque contemporáneo muy acogedor. Un restyling hecho con mucha madera, paredes de piedra pero también mucho mucho blanco, que hace que esta casa de tres plantas se vea tan luminosa.
Esta cocina, completísima, se abre al exterior con unas grandes correderas de cuarterones. En el suelo, el cemento blanco le da un suave aire industrial que encaja perfectamente con las paredes de piedra y la madera que reviste el exterior.
"Antes era un desván desaprovechado y nosotros creamos un chill out separado de la terraza por unas grandes cristaleras que, si quieres, se pueden abrir del todo para comunicar los dos espacios completamente”, nos cuenta Judith, la propietaria de la casa. ¿Quieres saber más de esta casa?
Anna y su familia veraneaban en una casa de alquiler en la Costa Brava muy cerquita de esta, que está en Begur, pero querían tener la suya propia. Buscaron y buscaron... hasta encontrarla ¡en Internet! El flechazo fue al instante. Normal, con estas vistas, esta terraza y esta luz, imposible no enamorarse de esta casa.
"Aprovechar la luz y las vistas era fundamental, queríamos que se pudiera cocinar mirando al mar. Por eso pusimos una campana que se engancha a la vitrocerámica, y eliminamos todas las barreras visuales con el mar", explica Marta Tobella, de Sacum, la interiorista que reformó la casa.
Y cuando se trata del estilo mediterráneo, no falla. Mucho blanco, pincelada de azul y toques de madera o fibra bastan para crear el dormitorio perfecto. Cabecero, ventilador y escalera de Sacum. Ropa de cama de Lo de Manuela, en Coton et Bois. ¿Quieres ver el resto de la casa?
Huir de la rutina, de la ciudad, del ruido. Esto es lo que más ansiaban los propietarios de esta casa de campo en Cáceres. Convirtieron dos chamizos en esta magnífica casa hecha siguiendo el estilo de las construcciones de la zona.
En una combinación de colores naturales, solo la librería acristalada, antigua y pintada de azul oscuro, aporta una nota de contraste.
El dormitorio principal mantiene la misma gama de colores que en la habitación infantil con el plaid de lana y el cojín. La combinación de colores se ha hecho con una base de un color neutro como el nórdico de color beige. Descubre más estancias de la casa aquí.
Con su fantástico porche, los rincones para leer bajo el olivo, la piscina y estas vistas... es normal que nadie quiera volver a casa tras pasar aquí el fin de semana. Toda la decoración está inspirada en el paisaje y en sus colores. Un regalo para la vista, el cuerpo y el alma.
El comedor de exterior tiene unas vistas privilegiadas a la bahía de Cadaqués y rodeado de árboles que dan sombra es el lugar ideal para relajarse y pasar los días de verano.
La piscina desbordante es otro de los lujos de esta casa. ¿A quien no le gustaría darse un chapuzón bajo los olivos?
Ariadna es una enamorada de la isla. Tanto que, donde otros solo veían un terreno árido y poco más, ella vio el paraíso hecho casa. A menos de un kilómetro de la playa, aquí se mezcla la brisa marina con el olor a campo. Tranquila y serena, esta casa puede presumir de tener un espectacular porche enmarcado en buganvillas.
Un estar con dos sofás frente la chimenea es el centro de reunión en los raros días en que no se está bien fuera. El blanco, presente en el exterior, también tiñe de luz y frescor los interiores de esta casa que transmite serenidad y paz.
El patio interior, al que dan algunos dormitorios, es ideal para resguardarse cuando hace demasiado sol o mucho viento. "La grava del suelo filtra el agua de lluvia y la reutilizamos. En la isla el agua es un bien muy preciado". ¿Te ha gustado esta casa?
¿Hay algo más idílico que ver los barcos y barquitas fondeando sobre el mar a escasos metros de la playa? Desde la terraza de esta casa, la más envidiada de la zona, casi casi puedes pegarte un chapuzón.
"Como estaba catalogada, podíamos reformarla pero debíamos conservar su arquitectura y elementos singulares", explica Juan Carlos Escrivá, del Grup Escrivá Interiors, responsables de la reforma. Por eso en la torre desmontaron toda la cubierta, cambiaron las baldosas cerámicas por otras nuevas y las volvieron a montar. Los porticones de lamas de madera son nuevos pero reproducen los originales.
El dormitorio se decoró en clave femenina, con un cabecero de madera y sábanas del mismo azul que el mar. Está en la planta superior y desde aquí, las vistas también te atrapan. No te pierdas el resto de la casa aquí.
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