¿Cuáles son los límites de la asociación entre hombres y máquinas?|Examen

2022-05-20 19:28:52 By : Ms. Anna Liu

Pocas cosas en la vida son tan deliciosas como unas vacaciones.Despertarse y dormir hasta tarde, salir de fiesta, ir a la playa, leer libros o pasar horas viendo series o películas en Netflix.Solo pensar en volver al trabajo del día a día me da pereza.Con la Revolución Digital, muchas cosas que solíamos hacer solo en persona comenzaron a hacerse desde nuestro sofá.Un buen ejemplo es nuestra vida bancaria: en el mundo de las imágenes, no recuerdo la última vez que fui personalmente a una sucursal bancaria.Lo mismo ocurre con las compras del mes, el pedido de alimentos y medicinas.También podemos ver cualquier película sin ir al videoclub, y escuchar cualquier canción sin ir a una tienda: todo se hace vía streaming, desde nuestro smartphone.Ya ni vamos a la parada de taxis: llamamos a un uber a domicilio.Cada vez más, las máquinas hacen cosas por nosotros y nos sentimos desnudos sin ellas.¿Alguna vez te has detenido a pensar en los límites de eso?¿Alguna vez haremos algo más?La pregunta puede parecer exagerada, pero no lo es.De hecho, muchos economistas insisten en ello.¿Cuál es el límite de la automatización?¿Cuál es su impacto en el mercado laboral del futuro?¿Y en la educación?En el mundo actual se dan dos tipos de educación al mismo tiempo: la educación de humanos y la educación de máquinas (machine learning).Para educar al ser humano es necesario tener en cuenta toda su complejidad;es decir, es necesario respetar su etapa de desarrollo y ritmo de aprendizaje, sus atributos fisiológicos, su afectividad, su relación con el docente, con los compañeros y con la familia.Cada alumno aprende de una manera diferente y para que todos sepan lo mismo, es necesario enseñar uno por uno.Para educar a las máquinas, es necesario crear códigos en la computadora, a través de la programación.Solucionado eso, todo lo demás no es complejo: las máquinas no necesitan ser acogidas, comer o dormir;todos aprenden de la misma manera y cuando una máquina aprende, todos aprenden al mismo tiempo (basta con descargar la próxima actualización).Educar a las máquinas es infinitamente más barato que educar a los humanos.Por regla general, por tanto, todo lo que pueda ser programable lo será.Siguiendo la tendencia de los últimos cincuenta años, cada vez más hombres y máquinas se unen, y las máquinas cada vez harán más cosas que antes.Piense en cómo reaccionaría si su médico se negara a realizar una tomografía computarizada de su pulmón porque no cree en las máquinas.Piense, por otro lado, cómo se sentiría si el diagnóstico y el tratamiento le fueran comunicados por la máquina que realizó la tomografía computarizada, por un correo electrónico automatizado, y no por su médico.Hay tres tipos de actividades cuya programación es aún muy compleja (incluso a través del aprendizaje profundo, la forma en que las máquinas aprenden al tener acceso a millones de ejemplos de situaciones análogas): el trabajo manual, las interacciones humanas y la resolución de problemas complejos (es decir, con muchas variables interdependientes).En relación a ellos, los hombres seguirán teniendo el papel preponderante en la sociedad, y las máquinas tendrán la función de aumentar la calidad o eficiencia del trabajo humano.Este es el caso típico de la tomografía computarizada.Este también es el caso de las tareas que se basan en gran medida en la interacción humana, como las relaciones con los clientes o el trabajo de los profesores.Por tanto, es fundamental que la educación humana nos diferencie en estos tres tipos de actividades.Desafortunadamente, esto es lo contrario de lo que hacen las escuelas hoy en día, cuyo éxito se relaciona en gran medida con formar a los estudiantes como si fueran máquinas, sin darse cuenta de que esto no les servirá de nada, cuando deberían aprender a interactuar con otros para resolver problemas complejos en asociación con las máquinas.Suerte para las máquinas, porque es precisamente en la educación humana donde encontramos nuestro único medio de diferenciación, es decir, aprender a ser más creativos, imaginativos, soñadores, inspiradores, generosos y empáticos.Humanos.Hay mucho debate sobre cómo sería un mercado laboral en el que las máquinas hubieran aprendido a hacer todo lo que hacemos.¿Trabajaríamos?¿Para que?¿Cómo seríamos recompensados?¿Por las empresas, por el gobierno?Son temas para las próximas semanas, pero les dejo aquí una provocación, mientras disfrutan de sus últimos momentos de vacaciones: ¿sus hijos están siendo entrenados para ser socios de las máquinas o para competir contra ellas?Si es para competir, piénsalo bien, porque las máquinas nunca olvidarán el contenido que quieren que sus hijos memoricen.En ese caso, podría ser el momento de hablar con los educadores sobre cómo integrar el contenido en prácticas activas o cambiar de escuela.*Fernando Shayer es cofundador y CEO de Cloe, una plataforma de aprendizaje activoSigue a la Brújula en las redes: Instagram |LinkedIn |Gorjeo |facebook |YouTube